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En el interior del núcleo amurallado de Alburquerque, conocido como Villa Adentro, destaca el Castillo de Luna, uno de los mejores exponentes de la arquitectura medieval española (el único con cuatro líneas defensivas) y el más imponente de Extremadura por su morfología de emplazamiento roquero de los siglos XIII al XV. Constituye uno de los bastiones medievales más formidables de los que se conservan en Extremadura y en la raya ibérica, al construirse sobre la misma crestería del cerro.
Esta fortificación, testigo notable por el papel que le tocó representar a esta villa fronteriza entre las frecuentes luchas entre lusos y españoles, se comenzó a finales del siglo XIII, sufriendo diversas reformas posteriores. La construcción original de murallas y castillo correspondería a Don Alonso Sánchez en 1276, una etapa en la que los portugueses, que por entonces ocupaban la villa, dejaron sus blasones e inscripciones a lo largo de la fortificación. Naturalmente, ese amplio conjunto de edificaciones, que a lo largo de los años por manos y situaciones tan dispares, hubo de sufrir múltiples reformas y alteraciones hasta llegar a la fisionomía definitiva actual.
Destaca dentro de la serie de construcciones del castillo la Torre del Homenaje, de notable amplitud y altura, y con el gran puente de acceso al piso superior, así como diversas estancias y lienzos de muralla. Son edificaciones de sillería granítica erigidos bajo el señorío de Don Álvaro de Luna entre 1445 y 1453. La torre distribuye su altura en cinco pisos, los dos inferiores con bóveda de ladrillo construida mediante aproximación de hiladas; los tres superiores eran salas abovedadas con acceso desde el puente. Éste es de un solo arco, apuntado, con amplia luz y flecha, y comunicaba con la torre mediante un puente levadizo de madera.
Don Beltrán de la Cueva hizo reformas entre 1465 y 1472, con la construcción de una gran torre pentagonal de tres pisos rematada en almenas puntiagudas. Esta torre acentuaba el carácter defensivo del recinto, dejando la Torre del Homenaje para uso cotidiano.
En la década de 1980 comenzaron las obras de restauración del castillo, donde se interviene en la Torre del Homenaje y en las pasarelas y cubiertas de las distintas torres. Hasta el momento de esa intervención, el inmueble era utilizado como albergue, por lo que había sufrido algunas alteraciones constructivas y funcionales. Además se construyen dentro del recinto diferentes edificios destinados a añadir nuevos usos a la fortaleza.
A principios de 2007 se iniciaron nuevas obras para adecuar una parte de sus instalaciones y dependencias en la futura hospedería turística de la localidad.
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La comarca ha sido a lo largo de la historia asentamiento de diversos pueblos y culturas que modelaron con el paso del tiempo el actual y valiosísimo patrimonio histórico, natural y artístico.